Aún recuerdo mi yema en tus labios.
Aún recuerdo que suspirábamos, cantando.
Que sellé tus labios con los míos.
Que respiramos juntos, boca a boca.
Aún recuerdo que no lo recordabas.
Y hoy, sorpresivamente, te acordás de tanto.
Para qué decirme que no desaparezca,
si ese es, y seguirá siendo siempre, tu rol.
lunes, 20 de agosto de 2012
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